El sistema visual organiza automáticamente la percepción en objetos de primer plano distintos (figuras) y contextos de fondo (fondos), con las figuras apareciendo más prominentes, memorables y significativas que los fondos circundantes. La investigación pionera de Edgar Rubin (1915) demostró esta organización perceptual fundamental a través de su famosa ilusión de jarrón-rostros, estableciendo que la misma información visual produce percepciones dramáticamente diferentes dependiendo de qué región el sistema visual interpreta como figura versus fondo. Esta segregación automática ocurre dentro de 100-200 milisegundos a través de procesamiento neural especializado, haciendo que las relaciones figura-fondo sean críticas para la jerarquía de interfaz y la organización visual.
La investigación innovadora de Rubin en 1915 demostró que la organización figura-fondo representa interpretación perceptual activa en lugar de registro visual pasivo. Su ilusión de jarrón-rostros—donde contornos idénticos crean ya sea un jarrón (figura) o dos perfiles enfrentados (figura) dependiendo de la atención—probó que la percepción organiza activamente la información visual en relaciones jerárquicas. Rubin identificó características sistemáticas que distinguen figuras de fondos: las figuras aparecen más cerca, poseen forma definida y cualidad de objeto, mientras que los fondos aparecen sin forma y se extienden detrás de las figuras.
El tratamiento integral de Koffka (1935) posicionó la figura-fondo como principio Gestalt fundamental que subyace a toda organización perceptual. Su investigación demostró que múltiples factores influyen en la asignación figura-fondo: regiones encerradas más pequeñas típicamente se convierten en figuras, áreas simétricas favorecen la interpretación de figura, y formas convexas se analizan como figuras más fácilmente que regiones cóncavas. Estos principios reflejan sesgos fundamentales del sistema visual evolucionados para el reconocimiento de objetos en entornos naturales—objetos compactos y simétricos contra fondos extendidos.
La investigación neurocientífica moderna revela que el procesamiento figura-fondo ocurre a través de vías neuronales especializadas en la corteza visual primaria y secundaria. Las neuronas de propiedad de borde responden selectivamente a bordes que pertenecen a figuras versus fondos, creando representación neural de límites de objetos antes de que ocurra el reconocimiento de nivel superior. Este procesamiento pre-atentivo explica por qué las relaciones figura-fondo se sienten inmediatas y sin esfuerzo—la segregación ocurre automáticamente antes de que comience la percepción consciente.