La accesibilidad tipográfica garantiza que el texto permanezca legible a través de diversas capacidades, tecnologías y condiciones ambientales—abordando no solo las discapacidades visuales que requieren tecnología asistiva, sino también limitaciones situacionales como luz solar brillante o vehículos en movimiento. La tipografía accesible beneficia a todos los usuarios mediante una mejor legibilidad, mientras específicamente permite el acceso para usuarios con baja visión, dislexia u otras condiciones que afectan la percepción del texto.
El tratamiento tipográfico accesible equilibra múltiples requisitos: tamaño suficiente, contraste adecuado, espaciado de líneas apropiado, fuentes legibles y marcado semántico correcto. La investigación demuestra que implementar pautas de accesibilidad tipográfica mejora la legibilidad para usuarios con baja visión 60-80%, mientras también mejora la velocidad de lectura general 10-15% y reduce la fatiga visual 20-30% para todos los usuarios—demostrando que diseñar para la accesibilidad crea mejores experiencias universalmente en lugar de servir solo a poblaciones específicas.
La tipografía accesible combina contraste compatible con WCAG, dimensionamiento escalable, estructura semántica y soporte de tecnología asistiva para que cada lector—incluyendo el 15%+ de personas con discapacidades—pueda consumir contenido sin soluciones alternativas. Los equipos que codifican estas reglas en sus sistemas de diseño rutinariamente expanden su mercado direccionable en 15-20%, evitan acuerdos ADA que van desde $10k-$250k, y elevan la completación de tareas 30-50% para usuarios con baja visión y neurodiversos mientras simultáneamente mejoran la legibilidad para todos los demás. La investigación contemporánea demuestra estos principios logrando mejoras del 30-40% en el éxito de tareas del usuario.